2016, EL AÑO DEL ERMITAÑO


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Estamos a tan sólo unas horas de que el 2015 se nos vaya definitivamente, con sus alegrías y penas, con sus sorpresas y desencantos. Este año saliente nos ha dejado muchas experiencias que debemos asumir y asimilar si queremos aprender de sus enseñanzas como individuos plenos, pero ahora nuestra inquietud es otra: ¿qué nos depara el nuevo año? ¿cuáles son los augurios para los próximos meses?

Para saber qué arcano del tarot le corresponde al 2016, hay que sumar todos los dígitos:

2+0+1+6= 9, siendo ese número el que le corresponde al arcano de El Ermitaño. Como curiosidad, reseñar que el número 9 se distingue en la primera serie de números impares, porque es divisible por otro. Por eso, el 9, que es tres veces 3, es ambivalente y mágico. Es activo por ser impar, y es receptivo por ser divisible. De ahí que el número 9 represente un final, el final de un ciclo que da paso a otro: las decenas, las veintenas, y así hasta el infinito. Como reflexión más importante, el Año del Ermitaño nos puede sugerir el fin de las crisis que se mantenían abiertas, o bien la apertura de otras que todavía estaban latentes.

El arcano 9 muestra a un anciano que parece inclinarse por la opción de vivir retirado del mundanal ruido. Es una persona divorciada de su ego hasta tal extremo que no le importa lo que opinen los demás de él. Su vida se ciñe a sus temas y creencias, que defiende con fervor y seguridad de saber que avanza por el buen camino, pues su larga vida y experiencia le han mostrado dónde debía poner los pies. En sí, refleja una personalidad que no goza de excesiva popularidad ya que, amparado en sus conocimientos, habitúa a decir lo siente y piensa, algo mal visto en los tiempos que corren. Con el transcurrir de la vida han ido cayendo todas las máscaras que construyó como parte de su ego, y ahora sólo recurre a ellas en caso de necesidad. Persona austera y sensata, es poco pródiga a excesos de ningún tipo.

El Ermitaño es una carta de iluminación y recogimiento interior, en el que la persona se guía por su luz interior, por sus instintos para encontrar la verdad que reposa en su corazón, sin las influencias del mundo ni de sus habitantes. Es un naipe que invita a la reflexión, por lo cual nos indica que éste será un año de máxima reflexión en el mundo. No será fácil seguir su consejo, ya que interiorizar o mirar hacia adentro suele ser consecuencia de un proceso de crisis, crisis que siempre augura un cambio, sea al nivel que sea.

El Ermitaño es una carta de cambio a la que conviene hacer frente sin miedo pero con prudencia. La luz que le hace de guía, ese farolillo que sostiene el anciano con su trémula mano, es la Iluminación del mundo, el reconocimiento de que el valor que tenemos en nuestro interior saldrá a flote en este año. Por eso, el 2016 nos invita a vivir nuestro aprendizaje iluminados por la energía de este arcano, el cual nos señala que debemos rescatar desde nuestro más profundo ser esa sabiduría innata que poseemos, desarrollando la virtud de la paciencia para vivir con plena voluntad.

El Ermitaño es un mago reinventado, un guía. Un día despertó, salió a conocer el mundo, y aprendió tanto de la vida, del alma humana y de las personas, que decidió crear su propio mundo, abandonando el sistema para vivir de la manera que más complace a su alma pero más irrita a su ego. No es una persona huraña, muy en contra de lo que suele suponerse, pero tampoco es un romántico, pues tiene los pues muy bien asentados sobre la Tierra, y su cabeza en lo divino. Y es que, en esencia, todos somos sabios. Llevamos en el alma la sabiduría adquirida durante tantas encarnaciones, pero nuestra mente – que no es otra cosa que nuestro ego -, nos mantiene en un perenne engaño haciéndonos creer que la única sabiduría posible es la que puede entregarte ella almacenando conocimientos que a menudo no sirven de nada, pero que nos afanamos por mostrar al mundo en busca de unos absurdos méritos estadísticos.

Vivir un año con la carga energética del Arcano 9 de Tarot es hacerlo en un tiempo de pausa y reflexión. Es retirarse ligeramente de la vida (sin ser preciso irnos a vivir a un lugar desierto). Es probable que en los próximos meses nos podamos sentir impulsados a hacer algún tipo de retiro o a no alternar tanto con la gente. Nos envolverá ese deseo ante una imperiosa necesidad del alma de encontrarse consigo misma.

El 2016 no va a ser un año fácil, porque si tan solo nos regimos por los dos últimos números, 16, nos hablan del arcano de La Torre, que representa caída y renovación, así que por doble partida, este va a ser un año que nos llevará a la introspección y a la búsqueda de la verdad para renacer y encontrar el camino iluminador, el que nos guíe de manera acertada. El Ermitaño representa al que ha perdido su apego por la materia, y 2016 puede ser el año en el que el materialismo y el consumismo revelen su verdadera cara al mundo y se vean rechazados. Al menos, ese es el anhelo de este naipe. La linterna o candil del Ermitaño representa el llamamiento para el despertar de la conciencia, la cual, quizá ante una crisis materialista, alumbrará al mundo en este nuevo año.

Los meses entrantes pueden ser una buena oportunidad para estudiar o aprender eso que hace tanto tiempo deseamos. El Ermitaño siempre necesita integrar conocimientos ancestrales que le ayuden a aflorar la Sabiduría que se esconde en su interior, por lo que temas como la necesidad de ser coaching, terapeuta, sanador o astrólogo podrían estar a la orden del día.

Ser un ermitaño requiere mucha valentía. Es precisa una buena dosis de valor para abandonar un sistema tan cerrado, comenzando a buscarse la vida sin un trabajo que nos empuje a levantarnos cada mañana, sin un jefe que nos tenga bajo presión… sin que nada afuera nos impulse a movernos. Por eso, este es el año para rescatar nuestro coraje, que yace durmiendo desde hace mucho, y comenzar a vivir de manera valiente.

(Si queréis escuchar unos pronósticos más concretos a nivel nacional e internacional, el próximo día 8 de Enero estaré en el programa radiofónico EL ÚLTIMO PELDAÑO, dirigido por Joaquín Abenza en Onda Regional de Murcia, donde hablaré de los próximos meses y sus augurios).

Como os decía, 2016 estará repleto de aprendizajes, y quizá también debamos guiar a otros. Sea como fuere, os deseo un feliz año entrante, lleno de alegría, crecimiento, amor y mucha consciencia.

¡Recibid un gran abrazo!

 

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