Aunque en esencia lleve incorporado un toque de lentitud, el Caballo de Oros siempre marca un pensamiento beneficioso a nivel económico en el tarot. Quizá sea la forma en que el jinete avista el horizonte, detenido sobre su montura y reflexionando acerca de los próximos pasos a dar, pero su interpretación es clara: estamos preparados y es el momento de pasar de los meros proyectos a la realización. Verlo en una tirada nos indica que existe una planificación profesional, y que “si echamos a andar”, ésta será beneficiosa aunque el progreso sea lento en principio.
De ahí que el Caballo de Oros nos muestre a una persona trabajadora y organizada, sobre todo muy bien preparada y que tiene paciencia y responsabilidad para llevar adelante sus ideas de negocios. Sin lugar a dudas, es una persona útil y servicial en quien nos podemos apoyar, pues se prestará a ello de forma honesta y responsable. Además, es un administrador capacitado, muy recto y que sabe actuar con habilidad en cuestiones comerciales.
Como es habitual con todos los Caballos en el tarot, su aparición en una tirada puede señalar a una persona o a un comportamiento. Llegado el segundo caso, el Caballo de Oros siempre revela un pensamiento financiero, una evolución dinámica en asuntos de esa índole, o buenas noticias de herencias, terrenos u otros valores. Hay que señalar que si aparece rodeado de cartas poco positivas, nos revelará a una persona práctica y emprendedora, pero codiciosa y poco fiable. Es alguien que, sin lugar a dudas, está capacitado pero es desleal en el fondo, o sea, un competidor duro de roer.
Se desprende de todo lo anterior, por tanto, que no hay que dejar escapar las buenas oportunidades que se nos presenten, estando siempre muy alertas y sin bajar la guardia.
Su posición invertida o en un mal lugar de la tirada nos revelará a un mensajero de malas noticias a nivel económico. Podría hablarnos de probable desempleo y paro, del estancamiento de algún asunto financiero, o de que estamos siendo demasiado perezosos e indolentes, dejándonos llevar por la inercia y falta de iniciativa. En ese caso, nuestra negligencia, ociosidad y aburrimiento originarán un estancamiento de los asuntos financieros que llevamos entre manos. Si además el arcano se hace acompañar de cartas negativas, nos envía el mensaje de que tenemos cerca a una persona poco fiable, estafadora e incluso dada al juego. Sin embargo, si aparece con cartas positivas, su augurio es más positivo ya que sólo indica un breve paréntesis de reposo, tiempo libre y ocio.
En líneas generales y cuando sale invertido, su consejo final es que tengamos cuidado en los negocios y prestemos atención a un socio.