El naipe que hoy nos ocupa no ofrece ninguna duda en cuanto a su interpretación, pues la imagen es muy simbólica. Una mujer con los ojos vendados sostiene en lo alto dos espadas cruzadas, clara alegoría de la confusión y bloqueo mentales que sufre. Con su posición dándole la espalda al mar nos señala dicha confusión, indicando que ésta se produce especialmente a nivel emocional.
El Dos de Espadas en el tarot habla, por tanto, de una encrucijada y conflicto soterrado, de un momento en nuestra vida en el cual no queremos ver los problemas e inconvenientes, sobre todo porque somos incapaces de poner orden en nuestra mente. La postura que estamos adoptando no es buena, pues damos las espalda a nuestras propias emociones, y sólo nos concentramos en ideas fijas, mirando tercamente hacia dentro y no escuchando los consejos de nadie.
Es como si nos hubiésemos metido en un ostracismo y aislamiento voluntarios por temor a sufrir más de lo debido, lo que nos conduce a un callejón sin salida.Por ello, debemos tomar una decisión entre ambos caminos, y aceptar nuevas amistades aunque sin olvidar las antiguas, ya que éstas también nos pueden ayudar a dilucidar esa salida a tomar y que somos incapaces de ver en la actualidad.
Cuando el Dos de Espadas aparece invertido, el augurio es todavía más negativo. Si al derecho o bien posicionado nos hablaba de un conflicto interno que nosotros mismos nos habíamos creado, invertido nos alerta de que, debido a dicha actitud, el no afrontar los problemas e ignorar los sentimientos se ha convertido en algo obsesivo para nosotros. Esa obsesión nos está envolviendo de tal forma que nuestro rencor se aviva por momentos, y esto es peligroso ya que nos puede llevar a graves enfrentamientos y peleas.
Es muy posible que su aparición también haga alusión a disimulos y mentiras por parte de los más allegados, en quienes confiábamos para salir del atolladero.Su presencia indicaría en este caso deslealtad y subterfugios, y ruptura final de amistad y relaciones.
En este caso, su augurio es que seamos profundamente precavidos, pues resultará muy peligroso confiar en el apoyo de amigos.