LA NOCHE DE SAN JUAN


Solsticio de verano 2018 - Mayte del Sol

Solsticio de verano 2018 – Mayte del Sol

 

El próximo sábado llega la Noche de San Juan, una de las más esperadas de todo el año por su belleza, singularidad y magia. En la transición del 23 al 24 de Junio se produce un momento especial, en el que son encendidas miles de hogueras que congregan cientos de hechizos, rituales y conjuros. El motivo no es otro que deshacerse de todo lo viejo y marchito, y dar paso a lo nuevo y próspero. A todo ello empuja la fortaleza de las energías solares, que en estas fechas son más poderosas que nunca.

 

Como los habituales del blog sabéis, no es la primera vez que escribo acerca de esta mágica noche.

https://maytedelsol.com/alban-hermin-el-solsticio-de-verano-o-noche-de-san-juan-del-23-al-24-de-junio/

https://maytedelsol.com/costumbres-solsticio-verano/

https://maytedelsol.com/noche-de-san-juan-magia-y-misterio/

https://maytedelsol.com/manana-llega-el-solsticio-de-verano/

 

En dichos artículos mencionaba que la Noche de San Juan tiene un origen claramente pagano, pero ante la aparición y empuje del Cristianismo, muchas tradiciones ancestrales fueron absorbidas por el calendario católico. Realmente, la fecha astronómica del Solsticio es del 20 al 22 de Junio, dando lugar a la noche más corta del año por la gran cantidad de horas solares que se producen en esta época del año. Sin embargo, y al igual que sucedió con otras festividades paganas, a esta especial noche se la asoció con el nacimiento de Juan el Bautista, evento que según la Biblia tuvo lugar el 24 de Junio. Curiosamente, es el único santo del que se celebra su nacimiento porque, en general, lo que se celebra en el santoral cristiano y católico es el día del fallecimiento de los santos, o el del traslado de sus exequias y reliquias. Como el nacimiento de este bíblico personaje parece ser que se produjo en fechas cercanas al solsticio de verano en el hemisferio Norte, la celebración le vino bien a la Iglesia Católica para acallar los rituales paganos que se venían celebrando cientos de años antes.

 

En el Hemisferio Sur se celebra el Solsticio de invierno, pero sin embargo, en una cultura tan ancestral como la de los Incas, también se celebraban estas fechas de manera especial. La llamaban Inti Raymi, en honor al Dios Sol Inti. Este día, el soberano junto con su familia esperaban en la Gran Plaza al Astro Rey, descalzos, en cuclillas y con los brazos abiertos, y brindaban con dos vasos de oro puro (en uno bebía el soberano, y en el otro, sus parientes). Posteriormente, hacían un cortejo y volvían a la Plaza principal para realizar un sacrificio masivo.

 

Los Celtas llamaban a esta celebración Alban Hermin. Su principal significado era el de celebrar el instante en el que el Sol se encontraba en su máximo esplendor, glorificando al fuego por ser su máximo representante. De ahí que conmemorasen y, al mismo tiempo, tratasen de atraer su bendición encendiendo grandes hogueras.

 

LA NOCHE DE SAN JUAN

En esta noche mágica hay tres símbolos que no pueden faltar, aunque el FUEGO sea el más importante de ellos. Los otros dos son el AGUA y las HIERBAS. El más importante es el Fuego, porque es realmente la fiesta de la luz, del Sol, y el fuego es su mejor representante. Es un elemento purificador que nos libera de lo viejo y pesado, incluso de la mala suerte. Los pueblos antiguos alimentaban sus hogueras arrojando a ellas muebles viejos, costumbre que sigue existiendo en la actualidad. Además, se suele escribir en un papel aquello de lo que deseamos deshacernos por ser nefasto para nosotros, y después se arroja a la hoguera. Según la tradición, las cenizas dejadas por las hogueras ayudan a sanar enfermedades y renovar la energía. Esta es una costumbre proveniente de antiguos cultos paganos para alejar a los malos espíritus y prevenir grandes epidemias (el fuego posee un poder anti-infeccioso tremendo).

 

 

LA NOCHE DE SAN JUAN

En cuanto al símbolo del AGUA, que representa la fertilidad y la pureza, fue y continúa siendo especial por su poder para curar enfermedades y procurar felicidad. Se dice que a partir de las 12 de esa noche mágica, el agua pose dones curativos. De ahí que también se realicen muchos rituales relacionados con el agua en esta celebración, como meterse en el mar de espaldas después de la medianoche, saltar 7 ó 9 olas también de espaldas, o realizar limpiezas para atraer el amor. De hecho, muchas personas que practican la magia salen a recoger algo del rocío que cae en las plantas esa noche, pues se cree que tiene efectos mágicos para tener pareja o concebir hijos.

 

 

LA NOCHE DE SAN JUAN

Las HIERBAS son el símbolo de la salud, y se consideran medicinales si son recolectadas en la Noche de San Juan. Hoy día, a esta celebración se le llama en muchos sitios “Verbena de San Juan”. El sobrenombre de Verbena se le atribuye porque, antiguamente, las jóvenes casaderas tenían la costumbre de ir a recoger la planta de la verbena a las 12 de esa noche del 23 al 24, creyendo que con esta práctica conseguirían el amor del hombre deseado. De ahí que sea habitual salir durante esas horas a recolectar algunas plantas concretas, de las cuales se piensa que en esta noche multiplican sus propiedades. El Tomillo, el Romero, la Verbena, o la Artemisa (conocida como Hierba de San Juan), son las más comunes, y una vez recogidos y seleccionados los mejores ejemplares, se cuelgan de las ventanas para atraer la suerte y la felicidad.

 

 

LA NOCHE DE SAN JUAN

Otra costumbre es que las jóvenes trencen guirnaldas con flores y algunas de estas plantas que he mencionado, y las lancen al fuego. Antes de que caigan sobre las llamas, el pretendiente debe recogerlas y así conseguir los favores de su amada. Después, en sus hogares, dichas guirnaldas se rodean con una cinta roja (símbolo del amor) y son quemadas, guardando sus cenizas como talismanes de la buena fortuna.

 

Y de esta manera, estos tres símbolos toman gran importancia y se convierten en los protagonistas de la mayoría de rituales de esta gran noche.

 

Os deseo a todos una feliz y mágica noche de San Juan, y un memorable solsticio de verano.
¡A disfrutar se ha dicho!

 

 

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