Aunque llevo años escribiendo y hablando acerca de cuestiones energéticas y vibracionales, todavía no lo había hecho de los ya conocidos vampiros psíquicos o energéticos. Hay muchos artículos en la red, y existe mucha literatura y vídeos al respecto. Por eso, no lo consideraba necesario hasta ahora. A esta alturas, ¿quién no conoce este tema? Probablemente, o más bien con toda certeza, todos y cada uno de nosotros hemos estado en alguna ocasión con determinadas personas que nos han agotado y dejado sin energía.
Seguro que si nos lo preguntan, podamos asegurar que conocemos ciertos individuos que suelen agotar o deprimir a aquellos que tienen a su alrededor, dure lo que dure la estancia junto a ellos. Por poco tiempo que sea, su voracidad energética, muchas veces inconsciente, se hace evidente y notoria en los que le rodean. Esto es debido a que el vampiro psíquico puede encerrarse dentro de nuestro sistema energético y agotar rápidamente nuestras fuentes de energía.
Es interesante saber que los vampiros psíquicos suelen ser inseguros y vulnerables, sepan o no que poseen esta detestable capacidad de la que hablo. En ocasiones, adoptan un estilo autosuficiente pero actúan desde una posición de debilidad y no de poder. Ellos no son conscientes de ese poder que tienen, pero sí son rápidos a la hora de emitir juicios sobre la gente que los rodea. Una persona con vampirismo psíquico siempre tratará a los demás de forma desconsiderada, pero no obstante, será frecuente escucharle una eterna cantinela respecto a que el mundo es injusto con ella. Esto sucede porque están absolutamente centrados en sí mismos.
Cuando se junta una persona centrada en sí misma y con una falta casi total de empatía con otra persona muy porosa y empática, se produce una transferencia de energía unidireccional hacia el vampiro, dejando en el huésped un sentimiento de vacío y agotamiento. Es como un virus troyano que se aloja en nuestro sistema y nos descarga la batería en pocos minutos.
Puede decirse que muchas de estas personas presentan trastornos de la personalidad, con síntomas tales como inseguridad emocional, dificultad para controlar la ira, baja autoestima o sentimientos de hostilidad reprimidos que estallan esporádicamente. Pero claro, también hay que pensar en los efectos que producen en sus víctimas, como la falta de energía, constantes mareos o una fuerte tensión muscular.
También los dolores de cabeza y las náuseas son algunos de los efectos más comunes sentidos por las víctimas, así como la imposibilidad para poderse concentrar en cualquier tarea que requiera un mínimo esfuerzo. Y si los ataques vampíricos son sucesivos, ya podemos hablar de fatiga crónica, desarreglos del sueño, irritabilidad, depresión e incluso enfermedad física.
Como decía antes, la interacción vampírica puede ser deliberada o espontánea por parte del vampiro, y permitida o no por parte de la víctima. Por supuesto, ese “permiso” que la víctima le da es totalmente involuntario. Es lógico pensar que si supiésemos que estamos siendo atacados a ese nivel, no lo permitiríamos.
La realidad es que, cuando se produce, el típico ataque vampírico es espontáneo, por lo tanto, no requiere un esfuerzo consciente para iniciarlo ni para mantenerlo. En muchas interacciones de este tipo, ni el vampiro ni su víctima son conscientes de que se está produciendo una transferencia de energía de uno al otro. Si bien la víctima suele estar dentro del radio de visión periférica del vampiro, el ataque en sí puede llevarse a cabo incluso sin contacto ocular con los sujetos.
Métodos de defensa y protección contra Vampiros psiquicos
Afortunadamente, existen medios para evitar estos ataques que, aunque no se vean, nos van minando por dentro y pueden originarnos muchas enfermedades de todo tipo. No siempre podemos elegir a las personas que nos rodean, y muchas veces nos tocará lidiar con este tipo de gente, por lo que es fundamental que estemos preparados para minimizar todo lo posible sus efectos devastadores.
Cuando los vampiros psíquicos nos atacan, tratan de romper nuestro campo áurico, que es el que nos protege a nivel energético. Como sus ataques son normalmente muy cortos (pueden durar tan sólo unos segundos), una respuesta rápida es esencial para obtener resultados.
Paso 1.-
El tema de los vampiros psíquicos y cómo protegernos es importante. La técnica de trabar los dedos es muy eficaz a la hora de lograr estos objetivos, y resulta curioso que ya se viniese utilizando desde la antigüedad para luchar contra estos individuos. Lo cierto es que es un procedimiento muy fácil de aplicar y que puede prevenir un ataque vampírico sobre nuestro aura, o interrumpirlo inmediatamente si es que ya ha comenzado.
En el momento en que sospechemos que nos llega un ataque vampírico, o que ya se está produciendo, hay que juntar la punta de los dedos pulgar y medio de cada mano formando dos círculos entrelazados. Se juntan las dos manos, y se traba un círculo con otro. (Os dejo una foto de cómo hay que hacerlo. Son mis manos y, aunque no se ve perfectamente, os podéis hacer una idea.).
Este gesto de trabar los dedos sólo requiere unos segundos y puede usarse prácticamente en cualquier sitio. El gesto se puede hacer por delante o por detrás de nuestro cuerpo, pero es preferible por delante (siempre podemos hacerlo con disimulo). Auque originariamente fue diseñado para repeler de manera instantánea el ataque de un vampiro, dicha técnica también puede utilizarse para dar energía al sistema del aura y protegerlo contra cualquier invasión externa de fuerzas negativas.
Además, es muy útil para inducir un estado tranquilo y relajado, para lograr un sueño reparador, o para disminuir o eliminar la ansiedad producida por situaciones cotidianas tales como entrevistas de trabajo o presentaciones en público.
Paso 2.-
Una vez entrelazados los círculos trabados con nuestros dedos, hay que cerrar los ojos y visualizarnos protegidos por un escudo de energía poderosa que protege todo nuestro aura, y que repele cualquier invasión de fuerzas extrañas.
Todo este proceso hay que repetirlo hasta que sintamos una liberación energética, como si soplase en nuestra cara una bocanada de aire fresco y puro. En ese momento será cuando el ataque habrá sido neutralizado.</p
Paso 3.-
Por último, y obviamente siempre que conozcamos a esas personas que nos roban la energía, algo muy eficaz es mantenernos a 1 metro y medio de distancia de ellos. Esto es vital porque, de esa manera, nuestras auras no se rozan y el peligro desaparece. No olvidéis que un ataque psíquico consiste en la invasión de un campo energético sobre otro.
No quiero terminar el artículo sin recordar que somos nosotros quienes podemos abrir la puerta a estos individuos. ¿Cómo? Vibrando a su misma frecuencia, que siempre es baja. Por eso, la manera la forma de hacerles frente es mantenernos vibrando alto. Para conseguirlo, es recomendable que vivamos de una manera «sana», es decir, evitando momentos de estrés, furia, pena o pensamientos obsesivos.
Si logramos cambiar nuestro enfoque y volverlo positivo, e ignoramos actitudes desafiantes y negativas, tenemos bastante ganado. Una persona “sana espiritualmente” difícilmente puede ser blanco de estos tipo de ataques.
https://maytedelsol.com/visitantes-de-dormitorio-los-desconocidos/?swcfp
LUCES PARA EL ALMA – Entrevista sobre el mundo onírico
Me ha encantado tu artículo Mayte, de ahora en adelante lo tendré en cuenta para muchas cosas de la vida y con/para muchas personas de las que no sabía como protegerme. Muchas gracias, un saludo.
Hola, Rita
Me alegro de que te haya resultado interesante. Sobre todo, y como bien dices, no dejes de ponerlo en práctica con todos aquellos que sientan que te chupan las energías.
Un cordial saludo.