Este es uno de los pocos arcanos en el tarot Rider Waite donde no aparecen figuras humanas. Ello es debido a que su significado engloba un mensaje general que atañe, tanto a cuestiones laborales como a familiares en su conjunto. Las varas que parecen haber sido lanzadas al aire en el ocho de bastos no se sabe dónde caerán, por lo que dejan su interpretación en un punto ciertamente de incertidumbre.
No obstante, dicha incertidumbre dura poco pues el naipe es tremendamente positivo, sobre todo en posiciones favorables o al derecho. Sin embargo, si sale de forma invertida o en posiciones negativas, su significado nunca llega a ser especialmente nefasto.
Como norma general, anuncia cambios a cualquier nivel, y una gran rapidez y movimiento en aquella empresa que estemos emprendiendo. Siempre habla de actividad y progreso, tal vez de un avance profesional, así como de asociaciones ventajosas, probablemente de forma inesperada pero que nos proporcionarán éxito e ingresos significativos.
El movimiento que imprimen sus varas a la lectura pronostica desplazamientos, quizá traslados repentinos y mudanzas. Una situación está a punto de llegar a término, pero todo evolucionará para bien.
Sin embargo, aunque su posición invertida no sea especialmente relevante, su aparición debe hacernos pensar en algún tipo de aplazamiento en cualquier cuestión, en una mudanza o viaje pospuesto, y tal vez en un exceso de pasividad y vagancia que nos perjudica. El estancamiento y la falta de iniciativa serán evidentes, y nos veremos inmersos en un periodo crítico donde pueden darse disputas internas y, quizá, un despido. Por eso, hay que estar alertas y reconocer el momento en que nos encontramos para que no nos cause frustración, pues nuestros éxitos serán sólo parciales. Deseamos un cambio y un final, pero éstos parecen no llegar.
Como resumen diré que en esta posición, el naipe nos indica que debemos reflexionar antes de actuar, y que necesitaremos voluntad y raciocinio para afrontar la situación de forma adecuada.